lunes, 7 de abril de 2014

El Duelo

El duelo (del latín "dolus" dolor) se define como una reacción natural ante la pérdida de una persona, objeto o eventos significtivos, condicionada por el entorno sociocultural. Incluye, componentes físicos, psíquicos y sociales, con una intensidad y duración proporcionales a la dimensión de la pérdida. Esta reacción es normal, ya que es una adaptación a la pérdida de un ser querido durante y después de su fallecimiento. El duelo es necesario para poder continuar viviendo, para separarse de las personas queridas conservando lazos diferentes con ellas. 
Esta reacción de duelo es caracterizada por ser única, personal e intransferible, dinámica, cambiante y con una cronología concreta ya que no se sabe cuándo empieza ni cuándo acaba. 
El trabajo del duelo es siempre necesario y su bloqueo puede conducir a serias dificultades. El duelo es un momento de la vida que probablemente todos habemos de conocer. Sabemos que ayuda a madurar a las personas, que estimula sus facultades creadoras, pero nada es más perjudicial que un duelo frustrado.
Las reacciones ante la pérdida va a depender de la personalidad y del ambiente cultural.

En la etapa de duelo podemos encontrar la aflicción y el luto:

 - Aflicción: respuesta emocional a la pérdida de un ser querido. Entre las reacciones comunes      encontramos:
 * Sensación de aturdimiento emocional.
* Sentirse incapaz de creer que ocurrió la pérdida.
* Sentir ansiedad por el sufrimiento de estar separado de un ser querido.
* Estar de luto y deprimido.
* Sentir aceptación.

- Luto: forma en que las personas expresan su aflicción en público. Normalmente el luto va ligado a las creencias, prácticas religiosas y a las costumbres culturales.

Las personas que presenten una buena aflicción afrontarán bien la pérdida, pero si presentan una aflicción grave pueden necesitar tratamiento. Algunas de las circunstacias que pueden producir una aflicción grave pueden ser:
           - La personalidad de la persona que está afligida.
           - La relación con la persona que murió.
           - La experiencia del ser querido con el cáncer y la forma en que la enfermedad evolucionó.
           - Las habilidades para hacer frente a situaciones difíciles y sus antecedentes de salud mental.
           - La cantidad de apoyo que tiene la persona afligida.
           - Los antecedentes culturales y religiosos de la persona afligida.
           - La situación social y financiera de la persona afligida.

Tipos de Duelo

Se puede diferenciar dos tipos de duelo: duelo anticipado y duelo patológico.
            - El duelo anticipado se considera aquel que comienza antes de la muerte.
           - El duelo patológico se considera aquel que presenta una mala adaptación a la pérdida. Puede manifestarse como un trastorno de duelo prolongado, depresión, ansiedad o deterioro en la salud física.
Existen diferentes tipos de duelo patológico que requieren un abordaje distinto.El duelo puede clasificarse como anormal, complicado, atípico o no resuelto. Los factores predictivos de una mala evolución o elaboración del duelo son: el tipo de relación previa, antencedentes vitales, rasgos de personalidad, factores sociales o tipo de fallecimiento.

El trabajo del duelo es un proceso que, si se realiza adecuadamente, puede dar lugar al crecimiento y enriquecimiento psicosocial. Hay que tener en cuenta que el duelo no patológico supone un reto para la evolución cultural del individuo y de la sociedad. Las distintas formas que el duelo patológico quede adoptar merecen una capacitación profesional específica. 
En algunos casos, la vivencia de la pérdida puede conducir a estados de shock emocional, con estrechamiento del campo de conciencia, sensación de irrealidad e, incluso, a la ideación delirante. El diagnóstico clínico más común en el duelo mal elaborado es el trastorno depresivo.


Síntomas del Duelo

El duelo es un acontecimiento vital estresante de primera magnitud. Presenta una amplia gama de manifestaciones normales:
             - Físicas: pérdida de apetito, alteraciones del sueño, pérdida de energía y agotamiento.
             - Conductuales: agitación, llanto, cansancio y aislamiento.
             - Cognitivas: pensamientos obsesivos acerca del fallecido, baja autoestima, autoreproches, sensación de indefensión, desesperanza, sensación de irrealidad y problemas con la memoria y la concentración.
            - Afectivas: tristeza, desesperación, ansiedad, culpa, enfado y hostilidad, anhedonia, soledad, ira, negociación, confusión, miedo, shock.
A veces estas manifestaciones se asocian a problemas de salud, como depresión, ansiedad generalizada, crisis de angustia, abuso de alcohol o psicofármacos.

Fases del Duelo

Cuando se habla de las fases del duelo, la mayoría de las veces se hace referencia a Elizabeth Kubler Ross, la cual describe los 6 estadios psicológicos por los que pasan los pacientes terminales:

           1. Negación.
           2. Aislamiento.
           3. Rabia.
           4. Negociación.
           5. Depresión.
           6. Aceptación.

Todos estos sentimientos son normales. Sin embargo, no todas las personas que están atravesando un duelo experimentan todas estas emociones y no todas experimentan estas emociones en el mismo orden. También es común volver a pasar por alguna de estas etapas más de una vez. El duelo puede incluir muchas otras emociones e incluso síntomas físicos.

Diferentes tipos de pérdida por fallecimiento

La Pérdida Esperada
Aquí podemos situar los fallecimientos de personas que padeciendo algún tipo de enfermedad crónica o cíclica no alteran con su padecimiento de forma importante la vida cotidiana de los que le rodean.

La Pérdida "Deseada"
Esta situación es típica en familiares cercanos de enfermos fallecidos tras larga y penosa convalescencia. Una vez ocurra el fallecimiento en este supuesto, pueden presentarse los remordimientos, la culpa "apariciones del fallecido", escuchar su voz, sus gritos, haciendo muy angustiosa la vida del familiar.

La Pérdida Repentina
Es el caso de enfermedades galopantes (se ha ido en 5 días), ataques repentinos, y fundamentalmente accidente de cualquier tipo. 

Factores de riesgo de duelo complicado 

El riesgo de padecer un duelo complicado se refiere al grado de susceptabilidad que tiene el doliente de padecer los problemas de salud asociados al duelo.
Identificar este riesgo forma parte de los cuidados paliativos, a través de un proceso en el que se valoran los factores de riesgo y las probabilidades de desarrollar un duelo complicado mediante las siguientes fuentes:

          - Las mejores evidencias disponibles.
          - El juicio clínico.
          - La información obtenida acerca del entorno familiar o procedente de él.

La evolución del riesgo abarca tanto al cuidador principal como a familiares cercanos y a personas que tienen una relación significativa con el enfermo, dirigiendo los cuidados de duelo más intensivos a las personas que más los necesitan.
Existe una guía específica sobre la valoración de riesgo de duelo complicado en cuidados paliativos, en la cual se implica cuatro categorías de información:

          1. Características de la enfermedad, de los cuidados terminales y de la naturaleza de la muerte.
                     - Muerte repentina o inesperada.
                     - Enfermedad excesivamente corta.
                     - Enfermedad prolongada y doliente en edad media.

          2. Características del doliente.
                     - Fase del ciclo vital: especialmente cuando es un adolescente, persona viuda joven o anciana o una madre viuda o separada.
                     - Historia de pérdidas previas no resueltas como infidelidad, divorcio o abortos.
                     - Factores estresantes concurrentes: tensiones familiares, problemas económicos o laborales, insatisfacción con los cuidados o abuso de alcohol o psicofármacos.
                     - Enfermedad física o mental.
                     - Intenso sufrimiento durante la enfermedad antes de la muerte.
                    - Mala adaptación inicial a la pérdida, manifestada por sufrimiento emocional intenso o depresión severa.
                    - Incapacidad o limitación en el uso de las estrategias de afrontamiento: cuidados físicos, búsqueda de un significado de la pérdida, diferenciación entre dejar ir y olvidar. etc.
                    - Soledad.
                    - Poco control interno sobre las creencias.

          3. Relaciones interpersonales.
                    - Disponibilidad de apoyo social.
                    - El doliente no tiene persona de confianza con quien compartir sus sentimientos, dudas, preocupaciones, etc.
                  - Familias con bajos niveles de cohesión, comunicación y capacidad para resolver conflictos.

          4. Características del fallecido.
                  - Niño o adolescente.
                  - Muerte de un hijo por problema hereditario o de forma repentina o violenta.
                  - Progenitores, adolescentes o adultos jóvenes.

Mecanismos de defensa ante el duelo
- Negación
"En realidad es como si no hubiera pasado nada, sigue entre nosotros como antes." "Su habitación está igual que siempre". "Seguimos poniendo los domingos su comida favorita". " Hablamos con él a cualquier hora, con la misma fluidez que antes". 

- Racionalización
"Es ley de vida". "La muerte en realidad no es algo real". "Tenemos que seguir adelante como si no hubiese pasado nada". "Es absurdo malgastar el tiempo en autocompadecerse". "La vida continúa". "Llorar no sirve para nada". "No podemos quedarnos anclados en el pasado".

- Transformación en contrario
(Exageración hipomaníaca del acontecimiento vivenciándolo casi como una gran suerte). "Ya tenemos un medidor en el cielo". "En el fondo es lo mejor que nos podía pasar". "Como era una santa parece que desde entonces nuestra casa está santificada". "Mi marido está feliz, se pasa todo el día llevándole flores y dice que desde entonces su vida tiene sentido".

Sentimientos que ocultan o camuflan LA CULPA
- Indiferencia
"En realidad no me ha afectado ni para bien ni para mal", "está como ausente, parece que le da lo mismo".

- Rencor
Entendido como el intento mantenido de consolidar al otro (al fallecido) como único responsable de la deteriorada relación "el que la hace la paga", "a todo cerdo le llega su san Martín".

- Depresión
"Desde que ocurrió no ha vuelto a salir de casa", "no quiero saber nada de nadie", "me paso el día llorando", "es como si me acompañara (o persiguiera) a todas partes".

Objetivos en el proceso de duelo
1. Aceptación
2. Conexión con el dolor y la rabia
3. Limpieza, saneamiento de la relación (CULPA)
4. Despedida agradecida
5. Reutilización de la pérdida


Intervención de Enfermería ante el duelo
Es necesaria una reflexión sobre cuándo una pérdida o duelo deviene en patológica y hace recomendable la intervención enfermera. 
Realmente si el proceso, la relación,el vínculo entre el fallecido y sus allegados era sano, fluido, respetuoso y comprensivo, el duelo con su doble manifestación de frustración y tristeza tendrá las mismas características de fluidez y terminará abocando en el transcurso del tiempo, en un inequívoco sentimiento de "agradecido recuerdo". 
Según el doctor en psicología Carlos Odriozola: 
            - El sentimiento de "agradecido recuerdo" es el único indicador de la sana elaboración del duelo.
            - Cualquier otro sentimiento (indiferencia, rencor, culpa, rabia, alegría, depresión, vacío) distinto al agradecido recuerdo evidencia un duelo atascado.
            - Detrás de cualquiera de los sentimientos señalados como indicativos del duelo no cerrado está "LA CULPA".
           - "LA CULPA" es un proceso intrapersonal no interpersonal, por lo que no es necesaria la presencia del fallecido para sanearla.
          - Cuando una relación contaminada por LA CULPA se vive desde la comprensión y el perdón deja paso a una inequívoca sensación de "agradecido recuerdo".

Cómo manejar la pérdida...
Para poder superar la pérdida de un ser querido existen algunas estrategias:


    - Hablar sobre la muerte para comprender qué ha sucedido y recordarlo. Negarse que ocurrió la muerte lleva al aislamiento y puede llegar a frustar a la persona.
    - Aceptar sus sentimientos.
    - Cuidarse a uno mismo y a su familia.
    - Remomerar y celebrar la vida de su ser querido.
    - Volver a su rutina habitual tan pronto como pueda.





"Cuando hayas terminado de aceptar que tus muertos se murieron, dejarás de llorarlos y lo recuperarás en el recuerdo para que te sigan acompañando con la alegría de todo lo vivido..."



Enlaces de interés sobre el duelo